jueves, 23 de junio de 2011

Oración de la solidaridad

Felices los que siguen al Señor
por la senda del buen Samaritano.
Los que se atreven a andar tras sus pasos,
a superar las dificultades del camino,
a vencer los cansancios de la marcha.
Los que al andar van trazando sendas nuevas
para que otros sigan, entusiasmados,
y continúen la obra del Señor.

Felices los que, atentos y presurosos,
cambian su ruta para salir al encuentro del Señor vivo en el que sufre,
tan presente en estos tiempos,
tan cercano para algunos,
para otros tan lejano.

Felices los que dan la vida por los demás.
Los que trabajan duro por la justicia anhelada.
Los que construyen el Reino desde lugares remotos.
Los que, anónimos y sin primeras planas,
entregan su vida para que otros vivan más y mejor.

Felices los que con su diario sacrificio
abren huellas de humanidad nueva
en un mundo enfermo por el egoísmo neoliberal del “dios-mercado”.

Felices TODOS los que trabajan por los pobres, desde los pobres, junto a los pobres, con corazón de pobre.

Felices los que aman al hermano concreto.
Los que no se van en palabras,
sino que muestran su amor verdadero
en obras de vida, de compañía y de entrega sincera.

Felices los que enseñan,
los que intentan que todos aprendan
sin distinciones de color, piel o dinero.

Felices los que comparten sus bienes,
don-regalo del Buen Padre Dios,
para vivir como hermanos
y demostrarlo en la práctica.
Los que no guardan con egoísmo,
sino que brindan y comparten.

Felices los que caminan juntos,

en búsqueda comunitaria
del Reino de Vida Nueva
y Fraternidad Realizada.

Felices los que se ayudan
en las buenas y en las malas,
los que aprenden
que más pueden dos juntos que uno solo.

Felices TODOS los que piensan primero en el hermano, y que encuentran su alegría
y el gozo, y el sentido de la vida
en trabajar por los demás, y por el Reino
y por el Señor vivo en medio nuestro,
olvidado, marginado, solo y abandonado
en los rostros de jóvenes, de ancianos
de mujeres solas, de desempleados
de excluidos, de olvidados… y de tantos otros…
una sociedad con valores es una sociedad con futuro

FELICES, LOS QUE VIVEN
EL MANDAMIENTO PRIMERO
QUE ES AMOR A DIOS EN EL HERMANO.
Felices los que encuentran que este amor, hoy, se revela en un camino: ser solidario, SER SOLIDARIO. Amén

1 comentario:

  1. Feliz la Comunidad de Ntra. Sra. de la Candelaria por ser solidaria con el hermano inmigrante, con el perdido o con el que tiene dificultades. Es en esa solidaridad en la que demuestra su grandeza, en los pequeños detalles de gente grande que, siguiendo el ejemplo de Jesús, se ofrece al que más lo necesita sin esperar nada a cambio.

    Puede que en nuestros días Dios se nos presente como rumana, como un parado o como alguien que necesita ayuda para llenar su alma. Seguid demostrando que tenéis fuerza para dar vuestro amor siendo solidarios.

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